Cada vez es más necesario usar servicios REST, todos los días nos encontramos con una mayor necesidad de comunicar aplicaciones diferentes y compartir datos entre ellas.
Nos guste o no las aplicaciones dependen de otras que publican otra información que nosotros necesitamos.
Cuando trabajamos con servicios REST estamos trabajando con una arquitectura de Cliente Servidor en la cual el servidor publica la información en formato de dato puro (JSON). Los datos pueden ser accedidos por una app cliente que se encargará de procesarlos y presentar el resultado de una interface de usuario a nuestro cliente.
Permite a prácticamente cualquier tipo de cliente y de lenguaje conectarse a ellos.
El contenido de los servicios web REST se puede cachear, esto hace que una vez realizada la primera petición al servicio el resto puedan apoyarse en la cache si fuera necesario.
Los servicios REST no mantienen ningún tipo de estado entre peticiones y cada una de las peticiones es totalmente independiente de la siguiente. Al no mantener estado se incrementa la escalabilidad de estos.
Uno de los conceptos claves es el uso de URLs que van orientadas a recursos en donde cada una de ellas gestiona las operaciones que un recurso soporta.
Algunos de ellos pueden ser /Facturas, /Clientes, /Libros. Cada URL gestiona las operaciones CRUD de cada recurso. Busquedas, inserciones, actualizaciones, borrados, entre otros.
Para realizar las operaciones se hace uso de los verbos clásicos del protocolo HTTP
GET: solicita información al servicio.
POST: Inserta información del servicio
PUT: Actualiza la información del servicio
DELETE: Borra la información
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